Cristina Oyarzo Varela, 5 oct (Rebelión).- Las crecientes tensiones que se producen en la frontera turco-siria a partir de la muerte de ciudadanos turcos por ataques desde la frontera Siria no pueden ser vistas en términos aislados. Los conflictos que se están desarrollando en el área tienen que ver, directamente, con las pugnas de potencias mundiales sobre el dominio regional.
Siria, hasta el momento, ha llamado a la prudencia política, principalmente a partir de la consideración de que esta frontera está siendo utilizada como lugar de tránsito de armas para los rebeldes sirios, lo que vulneraría importantes principios de la Carta de Naciones Unidas sobre la libre determinación de los pueblos y la no injerencia en asuntos internos de otros Estados. Turquía, por su parte, ha llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a tomar una resolución sobre el asunto, al mismo tiempo que ha desarrollado una reunión de emergencia con los países de la OTAN, amparada en el artículo 4° del tratado, que permite convocar a consulta a los países aliados. Esta postura ha sido respaldada, incondicionalmente, por la OTAN y particularmente por Gran Bretaña, entre otros países aliados. Por otro lado, el Consejo de Seguridad, hasta el momento, no ha podido llevar a cabo una resolución vinculante que permita la intervención en Siria, producto del veto de Rusia y China.
Ayer jueves, el parlamento turco ha aprobado, por el plazo de un año, las actuaciones militares fuera de su frontera, en directa respuesta a lo planteado anteriormente, lo que aumenta la tensión regional porque permitiría ataques en territorio Sirio sin la venia de la OTAN ni del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Si bien, en términos formales, este asunto está siendo tratado dentro de los términos permitidos por el Derecho Internacional, hay que poner especial atención a las implicancias políticas que esto tiene.
La pregunta que nos hacemos todos: ¿es esto una excusa para la intervención militar internacional en territorio sirio?
Creemos que, efectivamente, esto tiene que ver con intereses imperiales en la región. Sin duda, se han estado violando los principios del derecho internacional. Pero, ¿es el derecho internacional, tal como lo conocemos hoy, una garantía para los pueblos que no están en una posición de poder en cuanto potencias? No es así, porque como hemos visto en los casos, por ejemplo, de Palestina y Libia, esta construcción de instituciones internacionales aún no puede librarse del peso y poder de decisión de las potencias imperiales.
Oriente Medio es hoy una región estratégica para lo que solemos llamar “occidente”, no tan solo por las implicancias económicas del dominio de la producción, comercialización y distribución de hidrocarburos, sino, más aún, por la importancia que tiene el hecho de que culturas no europeocéntricas puedan decidir sobre sus propios destinos. Y esto nos afecta directamente, ya que tenemos la responsabilidad, como parte de esas otras culturas que buscan caminos propios para construir una forma propia y particular de hacer política, de tomar posturas claras sobre las formas de neocolonialismo que se están poniendo en práctica y desarrollar efectivas y contundentes políticas de resistencia que garanticen el bienestar e independencia de nuestros pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario