canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
Octubre 17 de 2010
Yo soy aquél conocido como Miguel. Yo soy aquél que ha permanecido tras de ti, que te ha respaldado, que te ha apartado de tus penas, de tu iras, de tus limitaciones. Yo soy aquél que camina contigo hoy. Yo te pido que me llames y me convoques para estar al frente, detrás, a la izquierda, a la derecha, encima y debajo de tus energías. Yo te pido que me llames diariamente y me pidas que te cubra con mi protección.
Los reinos comienzan a cambiar. Como dos placas tectónicas que se deslizan una al lado de la otra. En este deslizamiento, hay una diferencia superficial. Hay una grieta en medio de los mundos, entre las dimensiones y entre las realidades conocidas. Las energías de esta inclinación tectónica se manifiestan en forma de cambios terrenales, cambios personales, cambios celestiales. Esta energía tectónica y flujo tectónico afectará tu cuerpo biológico. Habrá separación dentro del cuerpo, de la mente y de los procesos de pensamiento. Lo que esto significa es que el cuerpo reaccionará diferente, como si un cambio de tiempo hubiera ocurrido; separando la acción y el pensamiento humanos. Tú tendrás un pensamiento, habrá una pausa; y luego el cuerpo reaccionará. Hay un lapso entre el pensamiento y la función biológica. Tú harás algo pero no tendrás memoria de haberlo hecho en este reino.
Esta definición de Espacio-Tiempo entre el pensamiento y la acción biológica es deliberada. Habrá reacciones retrasadas en todo sobre la Tierra, porque estáis pasando por un tiempo de cambio que afectará a todo; y a todas las acciones y reacciones. Esto le da a tu mente una oportunidad de cambiar; y de cambiar lentamente. En esa pausa celestial de la Luz, está la esperanza de que abrazarás el cambio y dejarás de pelear con tu divinidad.
El tiempo se sentirá suficientemente lento para que casi puedas ver el florecimiento. Puedes ver la semilla comenzando a brotar. Puedes ver inmóviles las alas del colibrí. Ya habéis comenzado a notar esto cuando el sol aparece y se oculta. Hay una diferencia notable; y se siente en los niveles sutiles de tu ser. Todo y todos saben que algo ha cambiado.
Se te da una desaceleración del tiempo para que puedas expandirte, no contraerte. Se te da un tiempo intermedio para salir de las contracciones de tu mundo, de tu dinero, de tu salud, de tus pensamientos; hacia las expansiones de la divinidad que necesita estar más involucrada en la vida, en el dinero, en el futuro de la Tierra.
En este evento de desaceleración del tiempo, en este metódico trazo de las energías sobre una gráfica de Luz, en esa pausa (en esa inhalación en medio de cada respiración), ve a Dios inhalando fuerza vital hacia lo que te duele, hacia lo que te limita, hacia lo que te mantiene cautivo y lo que te mantiene como víctima. Permite que las energías del universo nazcan a través de ti. A los ojos de Dios, la expansión y la contracción son una sola energía.
En la desaceleración del tiempo, en la pausa, en la respiración de Dios, se te está dando un momento de vacilación, un momento de paz, un momento para reivindicar en cuál sentido estás enfocando tus energías direccionales, en cuál sentido éstas enfocando tu mente y tus intenciones; y en cuál sentido estás enfocando tu Luz. Se te está pidiendo que respires el espíritu de Dios en tu vida. El tiempo y la energía se han desacelerado lo suficiente para permitirte hacer esto. Si en tu mundo y en tu mente sientes que debes pagar precios más altos y que debes sufrir, entonces crearás esta realidad. Pero si en tu mundo y en tu mente no te mereces eso y no te beneficia, entonces no lo recibirás. Es tan simple como eso.
Tradujo: Jairo Rodríguez R.
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