Armenthal el Anciano de los Duendes
David Bower
Traducción: Alexiis
http://traduccionesdeinteres.blogspot.com
Mayo 6, 2005 – Honolulu, Hawaii
Cada uno de nosotros es una conglomeración de partículas de luz. La diferencia entre los seres simplemente es la densidad y la vibración relativa de todo el conglomerado. Cada ser que está evolucionando está cargado con una partícula principal – la partícula del intento/objetivo. Mi presencia como un Anciano de los Duendes se basa en una sola partícula de intento. Su encarnación humana se crea alrededor de una simple partícula original.
El intento implantado en esa partícula original es un sonido. Mientras que no es un sonido con el cual ustedes, en su forma humana, están familiarizados con su sentido de oído físico, sin embargo es un sonido. El sonido del intento está basado plenamente en el amor. El sonido es una trama de la Fuente del Creador Uno, la Luz de las Diosas y la fuerza de pensamiento a la que ustedes se refieren como Conciencia Crística (a la cual nosotros en el mundo de los Duendes llamamos la Luz de la Divinidad).
Y es así que el sonido dado a la partícula del intento luego la envía a hacer un viaje, como un barco que iza las velas para salir del puerto. El principio básico es el génesis de las especies encarnadas, de las estrellas, planetas… incluso de dimensiones. Sí, cada dimensión comenzó su existencia como una simple partícula cargada de intento.
Reconociendo simplemente que su existencia misma comenzó como una simple partícula les puede ser de gran ayuda para comprender la simplicidad de su existencia. De verdad, su vida como un ser humano, su viaje como una entidad álmica, su participación en la gran marea evolutiva de Todo Lo Que Es… es todo bastante simple.
Y es así que mi enseñanza para el día de hoy es: Recuerden que cada movimiento de la creación comienza con una partícula. Elijan la partícula e imprégnenla con su intento. Comiencen cada creación, cada nuevo viaje, cada conversación con una partícula de su intento. Esta es la forma del Creador Uno.
Armenthal el Anciano
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