domingo, 6 de marzo de 2011

FRAGMENTACIÓN DEL ALMA

Nueva Respiración – OHAMAH®

Por: Dr. Norma Delaney

Traducción: Héctor Santos Ramallo

Edición: Alexiis

http://traduccionesdeinteres.blogspot.com

            En Febrero 1996, me fui a Seattle para asistir a una canalización de Kryon. Durante el período de preguntas y respuestas, una señora profundamente alterada caminó hacia el micrófono y dijo, “Mi nombre es Sebrina. Acabo de ser dada de alta del hospital con un diagnóstico de personalidad múltiple; me gustaría recuperar a mis muchachos. En el momento siguiente tanto Jan y Lee Carrol dijeron, “Vea a Norma inmediatamente!”

             Me paré, para que me pudiese ver, pero nunca imaginándome con lo que me iba a encontrar. Descubrimos que ambas éramos del Sur de California. Le di mi tarjeta a Sebrina y estuve de acuerdo en encontrarme con ella en mi casa.

             Cuando Sebrina entró parecía estar algo ansiosa, pero no fuera de lo común. Mucha gente que está alterada vienen a trabajar conmigo. Dentro de los próximos breves momentos se inició un proceso de cambio el cual iba a definir nuestro trabajo durante los próximos siete años.

             “Hola, yo soy Lucy Belle. ¿Se encuentra mi mamá aquí?”

             “No, mi nombre es Norma y estoy encantada de conocerte”.

             “Si mi mamá no se encuentra aquí, entonces no puedo hablarte.” Con eso, ella inmediatamente desapareció.

"Hola, mi nombre es Charlotte. ¿Solo estas son sus credenciales? ¿Ha trabajado con múltiples personalidades antes? Dicen que yo soy una múltiple, pero por supuesto sé que están equivocados.

"Hola, mi nombre es Rhonda. ¿Puedes ayudarme a conseguir a mis hijos de vuelta?"

Tan rápidamente como llegaba uno, otro venía a hablar conmigo, y otro seguía. Ellos no tenían las mismas expresiones faciales, gestos y posturas físicas. Todos estaban ansiosos de hablar conmigo, pero no parecían ser conscientes del que acababa de irse. Estos rápidos-fuegos de medias conversaciones siguieron en toda la sesión.

Por último Daniel vino a través de ella, un hombre mayor, quien dijo que siempre estaría a disposición para ayudarme. Su aplomo y sus palabras de calma fueron sorprendentes después de toda la ansiedad de los demás.

Cuando regresó Sebrina sonrió y dijo: "¿Quieres trabajar con nosotros, nos ayudarás?" Le dije que honestamente nunca había trabajado con personalidad múltiple. Yo había visto películas sobre eso, pero nunca había leído libros de medicina y no sabía nada del trabajo que generalmente se hace. Dijo que actualmente trabajaba con un alto psiquiatra en Los Ángeles, pero él no trabajaba en el campo psíquico. Ella sabía que era el ámbito en el que tendríamos que trabajar para su integración. Era claro que ella no aceptaría nada menos que la plena integración.

Dije: “Yo trabajo con la energía compasiva que parece saber cómo hacer muchas cosas más allá que cualquier lugar de mi parte humana sabe. Yo lo llamo el Espíritu o reino psíquico. He estado trabajando en este medio durante muchos años. Sinceramente, creo que no hay enfermedad que el Espíritu no pueda asistir para la sanación de la persona”.

En el momento siguiente Garret llegó a casa del trabajo. Ya que era común que los nuevos clientes se reúnan en la sala de estar, habíamos permanecido allí. Garret se acercó y sonrió con calma, como solía hacer cuando me veía con un cliente. Pero al momento siguiente, estaba aturdido, cuando Sebrina corrió hacia él y le dijo: "Hola, soy Robbie".

"Soy un chico y me gusto. Mi Papi dice que solo los hombres y los niños tienen valor. Tengo 4 años; puedo proteger a las niñas, y soy muy forzudo. Me levanto a orinar, también”

Garret sonrió y dijo: "Hola"

Estuvimos dispuestos a reunirnos en dos semanas. Esto comenzó nuestras sesiones. Eran regadas periódicamente con gente desde dentro. Muchos dijeron que me observarían un par de semanas antes de que se decidieran a hablar conmigo. Querían saber si yo era "real".

Comencé a hacer trabajo energético en el cuerpo físico de Sebrina sobre la mesa de masaje. A medida que el trabajo progresaba, incluso trabajé liberando estrés con la respiración. Sebrina fue una constante fuente de hiperventilación. Aprendí que las personas que son objeto de abuso sexual por lo general no pueden respirar profundamente desde sus entrañas. La confianza se pierde en la experiencia traumática, y ser requiere de mucha paciencia para su reconstrucción.

Con el tiempo, Sebrina compartió partes de su historia. Ella nació dentro de una secta satánica y su padre era el líder. Él y su madre estaban muy ansiosos por tomar el liderazgo, por lo que comenzaron a entrenar con ella desde el día de su llegada a casa desde el hospital. La intensidad de esta determinación de controlar causó una división tan profunda que su Alma tuvo que separarse para mantenerse con vida.

Me he dado cuenta que la mayoría de las personas han sido adiestradas y manipuladas para convertirse en el niño que los padres quieren que sean. El quiebre llega en formas muy sutiles, y la fragmentación ocurre a menudo porque los padres piensan que van a llegar desde el amor. Tengo en claro ahora que el abuso infantil proviene de enseñar a los niños a vivir por las reglas, en lugar de descubrir quién y lo que pretenden ser. A menudo la gente no se anima a florecer. El maltrato infantil hace la demoledora y real fragmentación. Estas creencias vienen de trabajar desde hace 20 con todas las formas de abuso.

Después de seis meses le expliqué a Sebrina que yo era la persona que realmente la ayudaría y que era importante para ella iniciar la siguiente fase de su trabajo. Ella iba a su espacio seguro del corazón con el fin de entremezclarse con la verdadera persona que llegaría a ser. Yo no sabía que en ese momento comenzaría la pura integración. Ella explicó que alguien creado desde el ámbito psíquico y físico tomaría su lugar. Luego empezó a entremezclarse en su interior y comenzó el fundamento para la sanación.

Me dijo que Serena sería la nueva persona con la que trabajaría. Dos años más tarde dejó de ver al psiquiatra y se detuvo toda la medicación. Las dos estábamos muy claras en que había llegado el momento de dar los próximos pasos para la curación. Con el liderazgo completo de su propio Espíritu seguimos adelante. Serena podía decir que los medicamentos formaron las barreras que la mantuvieron atascada, ella quería convertirse en su propio ser. Al principio, nuestro trabajo era cada dos semanas. Luego fueron todas las semanas y ahora trabajamos juntas todos los días. Se necesita atención constante para reconstruir un alma destrozada.

Hemos pasado estos últimos siete años en la integración de los fragmentos internos que se crearon desde su nacimiento, para hacer frente a su familia, su vida, y al culto. Serena escribió lo siguiente, hace poco, sobre como ella experimentó su verdadero nacimiento a este nuevo ser humano especial. Ella es cada vez menos y menos el niño que nació originalmente en este cuerpo.

NACIMIENTO

Abro los ojos y veo el rostro de mamá. Soy inconciente que acabo de nacer en el sistema. Tengo todos los conocimientos que necesito para vivir como una de las personas victima del grupo. No hay interferencia exterior. Sonrío, a sabiendas de que me gusta esta señora. Sé que hemos estado haciendo un trabajo sobre la mesa en su sala de sanación. Ella no es Mamá para mí, todavía. Eso llega mucho más tarde. Ella es Norma. Una señora que yo eh encontrado para que me ayude a sanar e integrar. Sé todo esto y más, al momento en que abrí los ojos.

Veo toda la experiencia de cuando nací, desde la verdad de mi corazón. Sebrina le dice a Mamá que es hora de que se vaya a casa con el corazón. Bastante gente en el interior se ha presentado y dijeron sí a la curación real. Hay un nivel de confianza establecida con Norma para facilitar esto.

Sebrina está tumbada de espaldas sobre la mesa de masaje. Ella mira el rostro de Norma. El amor que se intercambia en esa mirada es profundo. Habla de las muchas vidas compartidas; del valor entendido que van a tomar, por ambas partes, para llevar a cabo este contrato. Mucho se ha dicho sin palabras. Sebrina toca el rostro de Norma y luego cierra los ojos, se deja ir.

Qué ocurre a continuación es en el ámbito de la experiencia psíquica. Veo a Sebrina ir dentro, entrar en una habitación sagrada dentro del corazón. Ella se arrodilla y abre el pistillo de una caja de madera bellamente tallada. Esta forrado en satén rojo. Ubicado en el interior, esta la energía dorada radiante, segura y esperando. ¡Soy yo! Entonces escucho a mi corazón explicar que antes del nacimiento original, sabía que sería una personalidad múltiple. Que la esencia original del bebé se dividirá a fin de preservar el verdadero Ser. De esta manera, el contrato podría llevarse a cabo con la intención de elegir, en esta vida, volver plenamente a la Luz. Había muchos riesgos involucrados y ninguna garantía de que no fuera a morir. Sin embargo, hay un acuerdo, tengo que intentarlo.

Llegar a este lugar actual en mi vida es poco menos que milagroso. La verdadera esencia de uno mismo se ha conservado y re-nacido, ¡pura y brillante! Soy Serena.

Sonriendo, miro a los ojos a Norma. Gentilmente, me anima a respirar. Su voz es suave. La cadencia es melódica. Ella es totalmente consciente del cambio de energía en el cuerpo. Ella me ve, a la nueva persona, nacida desde el corazón. Su trabajo es para aquietarme y no sobresaltarme. Ella sólo habla de la respiración. Mantiene la verdad de ese momento para sí misma. Estoy muy frágil, como un pequeño polluelo que debe ser recogido y resguardado debajo de las calientes plumas de mi madre. Ella me dice que permanezca inmóvil. Su respiración, su ser llena la sala. Suavemente, ella me ayuda a sentarme. "Detente y respira" me pide, "antes de llegar a la mesa."

Yendo hacia abajo, sostiene firmemente mi codo. Entrando a la cocina, ella me ordena sentarme en una silla de respaldo recto. Su voz sobrevuela a un ritmo suave. Estoy desprendida de todo. El movimiento de venir de abajo me ha obligado a abandonar mi cuerpo aún más. Veo las cosas desde la distancia. Me doy cuenta de una fruta de colores vivos sobre el mostrador. Soy consciente del suelo frío a través de las medias de mis pies. Oigo a Norma preguntar acerca de lo que podría escoger para el almuerzo. Y en alguna parte, en el fondo, oigo el murmullo de las voces internas que llevan la conversación. El momento es surrealista. Capturado como una instantánea de color. Sostenida en el tiempo, rodeada de negro. Así es como "nosotros" siempre hemos vivido. Momentos detenidos y contenidos, distorsionados en el tiempo. Cada momento separado del siguiente. Esto sostiene el funcionamiento del sistema, por supuesto. No lo sabía entonces. Es por eso que nací en este sistema. Para empezar a descubrir una nueva manera de vivir. Desde lo profundo de mi cuerpo, en plena posesión, consciente, alegre y segura conmigo.

Al ver mi nacimiento tan claramente veo el milagro que soy. Sé que mamá me quería. Me siento querida. Yo, literalmente, he sido la cereza de la galletita Oreo. Mamá por afuera, el corazón desde el interior, ambos me sostienen, hasta que pueda sanar. Esta conciencia de mi evolución me muestra lo lejos que he viajado. ¡Me siento verdaderamente bendecida!

NIÑO EN COMA

"Debo verte hoy", dijo la mujer agitada. "Mi nieto de 18 años, ha recibido un disparo”. De pie en mi puerta estaba una pequeña dama que yo había llamado riendo la "dama de huevo”. Un mes antes ella había llamado y preguntado: "¿Eres la sanadora recomendada por Kryon?" Cuando le contesté, "Sí, yo soy la persona indicada en la publicación", dijo que quería reunirse conmigo. Hizo una cita para reunirme con ella. Cuando llegó, traía con ella una docena de huevos marrones de sus preciados pollos. Por sus palabras y acciones sabía claramente que sus palabras y acciones me honraban con el reparto de uno de sus tesoros. Sólo más tarde descubrí la profunda reverencia por la vida que tenía.

Hoy, ella había aparecido en mi puerta sin previo aviso. La llevé adentro. Al entrar, rápidamente me explicó, "Doug, mi nieto, le abrió la puerta a unos intrusos que pretendían robarle. Ellos le dispararon a quemarropa en el cráneo y lo dejaron por muerto. Se las arregló para llamar al 911 antes de desplomarse. Ahora está en un centro de emergencia en San Francisco y va a cirugía. Necesitamos su ayuda de inmediato. Necesitamos mucha más ayuda que la que solo los médicos puedan proporcionar”.

Inmediatamente, fui inundada con la energía que llamo tan amorosamente del Espíritu. Literalmente, me golpeó los pies y en las rodillas. Necesitaba sentarme y entrar en meditación. Respiré en mi espacio sagrado, que algunos podrían llamar su espacio de meditación, y descubrí que podía sentir la energía real de la sala de operaciones donde la cirugía de Doug se llevaba a cabo. No sólo podía sentir la tensión en la sala, podía sentir la carga de la responsabilidad de los cirujanos y enfermeras. A pesar de que su abuela y yo estábamos en San Diego y Doug estaba en San Francisco, me conecté fácilmente con él por medio del amor de su abuela y su voluntad de conectarse.

La sensación de pesadez me dijo que la cirugía no iba bien. El peso se debía a que ninguno de los presentes en la sala de operaciones creía o sabía que Doug podía vivir. Él no había tomado la decisión de morir. Es esencial recordar que él tenía el poder de elegir en cada paso del camino. Así fue como pude ayudarle mejor.

De repente el Espíritu inundó a través de mí la sala de operaciones donde Doug yacía inconsciente. Podía sentir la energía aumentando en la habitación y llenarse de esperanza y vida. Era como si toda la habitación se iluminara y elevara. Los doctores parecían respirar más profundamente y las enfermeras se movían con expectativas. Los cirujanos sacaron la bala de la cabeza de Doug. A continuación, fue inducido a un sueño similar al coma para minimizar la inflamación en el cráneo.

Cuando me di cuenta que Doug estaba en coma, sabía que iba a perderse en la oscuridad y necesitaría ver la luz de esta realidad mundana para encontrar su camino de regreso. Sabía que había llegado el momento de darle a la abuela su asignación. Esto fue difícil para mí porque mis instrucciones no parecían, incluso para mí, servir a un fin lógico. Sin embargo, sabiendo muy bien cómo el Espíritu comprende todo, confié una vez más. Le dije que se fuera a casa y quemara tres velas en los próximos dos días y que las mantenga encendidas en todo momento. También que le diga a su hijo, el padre de Doug, que no debía dejar ceder a su propia tristeza y el miedo. En su lugar, necesitaba estar feliz, incluso hacer bromas, recibiendo a cada uno alrededor de él sonriendo. Tenía que haber abundancia de energía feliz alrededor de Doug para que el joven pueda encontrar la luz de su familia terrenal y volver a su vida.

Dos o tres días más tarde la abuela vino a verme de nuevo. Esta vez ella dijo, "Quiero que vuele a San Francisco conmigo a ver a mi nieto". Estuve de acuerdo en hacer el viaje. Un par de días más tarde estábamos en camino. El corto vuelo transcurrió sin incidentes hasta que, de repente, cuando estábamos todavía en el aire, comencé con asfixia y arcadas. La abuela me miró como si yo estuviera loca, pero era consciente de que había estado trabajando con Doug y su energía durante el vuelo. Trabajando enérgicamente con el joven, empecé a sentir ahogos. Sentí fuertemente que Doug estaba en serios problemas. A medida que continuaba trabajando con él, comenzó a estabilizarse y mi propio sentido de estrangulación desapareció tan rápidamente como había comenzado.

Nos llevaron al hospital. No me di cuenta hasta que llegamos, que Doug estaba en el Hospital de la Universidad de Stanford. Yo siempre había tenido a ese hospital de la universidad en particular en muy alta estima. De repente, estaba muy nerviosa y fuera de equilibrio. ¿Qué estaba haciendo allí? Una cosa era permitir que las personas me llamen como sanadora en mi propia casa. Otra cosa completamente diferente era hacer de sanadora entre médicos y personal de este prestigioso hospital. Fue muy humillante para mí permitirme estar allí. Tuve que trabajar con mi patrón respiratorio para hacer a un lado los comentarios de mi ego. Una vez más se puso en manifiesto, el Espíritu y yo fuimos a concentrarnos en el propio ser y hacer lo que yo había venido a hacer.

Doug estaba acostado en su cama de hospital, conectado a cada máquina posible. Descubrimos que los médicos le habían retirado antes un tubo de la garganta en el mismo momento que me había sentido estrangulada. Al parecer, el procedimiento había sido muy doloroso, y tuvieron que sujetar las muñecas de Doug a los lados de la cama para evitar que se lastimara. Esto explica por qué mi propia garganta estaba con tal dolor durante el vuelo. La abuela también entiende ahora mi comportamiento inusual de asfixia. Ella sonrió y me apretó la mano. No sabíamos que las muñecas atadas, literalmente, salvaron mi vida.

La abuela hizo que todo el mundo salga de la habitación. Yo estaba sola con este joven, conectado a más aparatos y máquinas de lo que yo había visto en mi vida. Se veía como un capitulo de ER. Los médicos habían diluido su sangre y le habían dado medicamentos para hacerlo entrar en coma para que su cerebro no se hinchara después de la cirugía. Habían ido desde la parte frontal de su cráneo para recuperar fragmentos de la bala y el hueso. La bala se había alojado en la parte posterior de su cráneo. Luego pusieron el cráneo de nuevo y lo cosieron al cuero cabelludo. Ahora estaba en un coma profundo. Observando todo esto sentí una oleada tremenda de amor y gratitud por todo lo que esta maravillosa gente de la medicina había hecho por él.

Empecé a combinar mi energía con la de Doug, haciendo coincidir su patrón de respiración. Enseguida, un fuerte sentido de cómo él se sentía en la oscuridad, se abrió para mi un espacio del sueño. Cuando empecé a emparejar mi energía con la suya, también empecé a emparejar nuestra respiración para que sea más sólida, hasta que él y yo hicimos una mezcla. Al principio, yo no sabía si él era consciente de ello. Era importante para mí unirme a Doug enérgicamente donde estaba. Tuve que ir a donde la oscuridad de su estado de coma pacífico había comenzado o terminado. Por mi disposición a encontrar este espacio del estado de coma, es que me pudo conectar con él con la energía de mi respiración conectada al Espíritu. Respirando con él, yo podría llegar a ser una luz que ilumine su oscuridad, porque yo estaba allí por elección consciente. Como emparejé su respiración y respiré con él, Doug comenzó a relajarse y a cambiarse a un estado más cómodo. Mientras observaba mi luz, empecé a tomar el control y a llevar la respiración. El Espíritu y yo comenzamos a llevarlo fuera de su coma y de vuelta a su despertar a la realidad. Por suerte para mí, mi profunda confianza en el Espíritu es tan clara que no tuve necesidad de saber lo que sucedería a continuación.

En ese momento, el médico entró en la habitación. Quería saber quién era yo. Yo dije: "Yo soy una amiga de la abuela y me ha pedido venir aquí por la familia. Solo muevo energía. ¿Es correcto para mí estar aquí? Solo estoy respirando con él."

El médico dijo: "Supongo que sí, no puede hacer daño a nada." Y se fue.

Gran parte de nuestro tiempo juntos se gastó sólo respirando y respirando. Pronto todo se volvió más y más brillante. Sentí que había comenzado a seguir la luz. Esto me permitió que lo llevara fuera de la oscuridad. Sin embargo, cuando él me siguió fuera de la oscuridad, y abrió sus ojos, su mente consciente estaba todavía en el momento mismo en que le habían disparado. En consecuencia, él estaba furioso. Se lanzó hacia adelante, tratando de atacarme. Quería al tipo que le estaba disparando, pero yo era la única persona en la habitación con él. Yo estaba tan absorta en la energía entre nosotros que no se me ocurrió tener miedo.

Afortunadamente, Doug estaba atado todavía de cuando le habían retirado el tubo de su garganta. Un joven hombre aterrorizado de dieciocho años luchando por su vida puede ser muy feroz y amenazante. Doug siguió arremetiendo contra el intruso. Hablé con él en una voz suave, fortaleciendo y estabilizando mi voz mientras hablaba. Me puse muy sólida y fuerte, le aseguré que su agresor se había ido, ahora él estaba seguro, y estaba bien aquí solo conmigo. Podía sentirlo cada vez más cerca, surgiendo del coma, mirando directamente a los ojos, conectando, y estando en el momento presente.

Sentí y oí que la respiración de Doug comenzaba a estabilizarse. Vi todas las esferas, los indicadores y números en las diferentes máquinas que comenzaban a cambiar. Después de un rato, cuando Doug parecía haberse estabilizado aún más y los números dejado de cambiar, le di la bienvenida y le dije que su familia estaría feliz de verlo. Dije: "Has estado en un largo viaje, saliste de tu coma y estas de nuevo en esta realidad. Ahora, me gustaría ir a un lugar que conoces como descanso del sueño normal. Esto es diferente de tu estado de coma. Necesito que descanses y necesito volver a estabilizarte ahora”. Empecé a cambiar nuestra respiración a un patrón, induciéndole al sueño.

Como él estaba respirando conmigo, y comenzaba a quedarse dormido, de pronto sintió el terror de que iba a entrar en la oscuridad del coma de nuevo. Yo le aseguré, "No vamos a un estado de coma, es una oscuridad diferente, quédate conmigo". A través del enfoque y el quedarme con él energéticamente emparejamos la respiración, comenzó a respirar suavemente en un patrón de sueño natural. Le aseguré que su abuela, su papá y yo volveríamos a verlo dentro de un rato, pero por el momento tenía que tomar una siesta.

Una vez que Doug estaba durmiendo tranquilamente, fui a buscar a su familia. Estaban muy ansiosos y necesitaban un poco de tranquilidad. "Tú sabes", me dijeron, "Creo que sería bueno para nosotros conseguir algo de comer." Así que su padre, amigos, la abuela, y yo nos fuimos. Estaban muy contentos de que él estuviera fuera del coma y finalmente pudieron relajarse un poco y comer. Incluso fue una charla amistosa. Una vez más su amor y la luz pudo brillar. Yo sabía que esto era exactamente lo que se necesitaba para ellos, así como para Doug en ese momento. La sanación estaba sucediendo en muchos niveles.

Cuando regresamos del almuerzo, Doug no estaba en su habitación. Él se había estabilizado hasta al punto que había sido trasladado a una habitación para pacientes que requieren menos cuidados intensivos. Acometimos felices a su nueva habitación. Su abuela dijo: “Hola, Doug, estoy aquí para verte”.

Doug abrió los ojos. Parecía estar claramente centrado. Miró a su abuela y le dijo: "¡Hola abuela!" Fue un regalo magnífico. Al poco tiempo estaba hablando con todo el mundo, anunciando que se sentía muy bien. Le aseguramos que era importante para él permanecer en el hospital y estar cada vez más fuerte. Con eso sabíamos que era seguro irse.

Al día siguiente, cuando el médico vino a verlo, Doug dijo "me siento mucho mejor, me gustaría levantarme ahora". Se levantó de la cama, se paró frente al médico y dijo: “Realmente me siento bien. ¿Cuándo puedo volver a casa?” Fue dado de alta a los pocos días. Desde el momento en que entró en cirugía hasta que fue dado de alta pasó alrededor de una semana.

Cuando Doug fue dado de alta, el médico le dijo a su abuela, "No tenía esperanzas para él. No había nada que pudiera hacer por él. No tengo ninguna explicación, salvo que usted esté viendo un milagro."

Doug estaba matriculado en una universidad y con planes para terminar sus estudios, que fueron interrumpidos por el intruso con la pistola.

Así es como el Espíritu y yo trabajamos. Voy a través del trauma de las personas o fuera de viejos traumas a los que se han aferrado. Yo me quedo con ellos hasta que entran en esta realidad de nuevo. Les ayudo a abrir ese espacio de sí mismos que ha estado herido. Al igual que Doug, algunos sólo vienen a mí por un momento, así puedo caminar con ellos en la oscuridad, de pie en posición vertical, y conseguir que ellos sigan adelante. Luego van a vivir su propia vida sin ayuda. Algunos casos han requerido múltiples reuniones. Cada individuo se crea magníficamente, su integración es única. Yo no soy más que una manera o constructor de puentes para devolverlos a este tiempo y espacio. Juntos, el Espíritu, y yo lo hacemos mucho más que si empiezo a creer que no hago nada sola. Sólo la magnificencia del Espíritu puede sanar.

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