jueves, 11 de julio de 2013

SÉVERINE AUTHIERSOURCE

ACTUALIDADES ESTIVALES

Hermanos y hermanas de Amor,

Hace algún tiempo, me planteé crear un sitio de internet “Gracia del Amor”, un espacio de testimonio en el que os hubiera compartido textos, pinturas, mensajes y acontecimientos. Ese sitio de internet no verá su realización, pero todo lo que comparta con vosotros, estará presente aquí, en este blog, para más facilidad técnica y más simplicidad.

También, no os extrañéis de ver el blog remodelado de arriba abajo durante el verano y ver que se añaden nuevas categorías…

Aprovecho también para daros las gracias por vuestro Acogimiento y por todas vuestras contestaciones y comentarios que hacen vivir este blog. Gracias…

Hasta muy pronto, buen verano a cada UNO y pleno de Amor para estos tiempos tan Mara-Villosos* (Mère-Veilleux hace un juego de palabras en francés con Madre-Cuidadora, Atenta) que tienen lugar en la Tierra, como en cada uno.

Gracias, de corazón a corazón, en Unidad y Verdad

EL PRINCIPIO…

Una pequeña categoría en la que yo continuaré compartiendo mi recorrido, especialmente los momentos más intensos que han marcado este camino ilusorio.

LA INFANCIA…

Muy pequeña, ya estaba convencida en lo más profundo de mi corazón, que mis padres no eran mis verdaderos padres. Sabía que habían recibido la tarea de cuidar de mis hermanas y de mí pero que en el fondo, mi verdadera familia estaba en otra parte. El pueblo de los Amerindios me emocionaba profundamente y estaba persuadida de que ellos eran mi verdadera familia. Al mismo tiempo, estaba muy atraída por las Pléyades, sin saber por qué. Fue mucho más tarde cuando supe que los Amerindios venían de las Pléyades…

Esta convicción profunda, más allá de cualquier convicción, esta certeza tan profunda en mi corazón, de pertenecer a otro mundo, era tal que era muy difícil integrarme en este mundo en el que no encontraba mi lugar. Estaba convencida de que no tenía nada que hacer aquí, o al menos, en aquella época rechazaba estar aquí.

Recuerdo que a la edad de siete años, tenía el hábito de cuestionar a mis padres sobre todos los temas que me fascinaban tales como la Atlántida, los extra-terrestres, la reencarnación, los viajes al astral, etc… Ellos estaban un poco indefensos porque yo quería respuestas y muy a menudo les he interrogado, o acosado (risas) durante la comida en familia… había una biblioteca ante la que podía pasar horas enfrascada, en la que buscaba respuestas.

Un día muy cerca de esa biblioteca, me acerqué a la ventana y miraba el decorado fuera: estábamos en la ciudad, miraba los edificios, el asfalto, los coches, escuchaba sonidos, el ruido de los vecinos, todo ese paisaje resonaba de una extraña manera en mi corazón. Y entonces me dije que esa ¡no era la Verdadera Vida! Sentía que algo no funcionaba bien pero no llegaba a explicarlo… los otros humanos no parecían molestos y no comprendía por qué yo sentía una diferencia tan grande entre mis camaradas de clase que se reían en mis narices, ni por qué ellos no experimentaban lo mismo. Ha sido muy difícil integrarme y aceptar vivir en este mundo. Y la niña tímida que yo era se ha rodeado de una campana protectora de la que no he salido hasta mucho más tarde…

Así mi infancia ha estado marcada por esas convicciones y sentimientos profundos, esa sed de conocimiento, esa búsqueda, ese deseo de comprender y sobre todo de Encontrarme. Yo era conocida por mi presencia silenciosa y se me reprochaba mis largos momentos de “alejamiento” en la luna. Estaba presente pero volaba mucho y me llamaban soñadora… Sin embargo yo sabía que estaba aquí y al mismo tiempo, otra cosa me llamaba y este mundo no me interesaba…

En ese mismo periodo, tuve como un flash de remembranza cuando era bebé. Me veía envuelta en ropa blanca, acostada en lo que podía parecer una cuna de recién nacido y a mi izquierda percibía sonidos, voces, presencias, lo que analizaba entonces como personas que charlaban un poco más alejados. Estaba como borroso, una suavidad, algo algodonoso y vaporoso al mismo tiempo, algo muy ligero e inexplicable. Y entonces, el recuerdo de esta convicción interior que decía: “Es mi última vida.” Las “palabras” son muy imprecisas y no estoy segura de que este término sea exacto pero yo sabía, en el fondo, que esta encarnación, que esta vida iba a ser decisiva, y que iba a marcar un giro importante y el fin de algo.

En el 2002, cuando comencé a escuchar hablar de Ascensión Planetaria, resonó muy fuerte en mi corazón e hice el acercamiento. Era efectivamente este gran cambio, este final que ya había percibido y que estaba programado en este pequeño cuerpo…

Por Severine AuthierSource

http://gracedelamour.blogspot.com

Traducción: SM

http://mensajes-del-espiritu-2013.blogspot.com

No hay comentarios: