jueves, 11 de julio de 2013

Dios, el Alma, la Consciencia y el Amor Incondicional

Cuando las nuevas corrientes de espiritualidad expresan que somos Dios, caen en el mismo error que cuando la ciencia médica expresa que el ser humano es "omnívoro", es decir, con capacidad para comer de todo. En la Globalidad están todas las opciones, pero en cada individualidad, en cada Alma, hay una opción específica, diferenciada, tanto en capacidad como en atributos desarrollados.
Así como cada individuo desarrolla la capacidad digestiva y metabólica que le es propia en la condición de su personalidad (psico-física), cada Alma va desarrollando el matiz que le es propio en el contexto de "la peculiaridad que irá mostrando" de los infinitos Valores potenciales inmersos en la Plenitud de la que forma parte. Plenitud que adquiere la condición de Abstracción por cuanto es una Totalidad la que la constituye. Una Totalidad no tiene Forma; su equilibrio intrínseco la mantiene en la inmanifestación (que podemos llamar vacío cuántico). La Forma surge al "mostrarse" la correlación de sus componentes.
La misión del Alma es poner de manifiesto cada uno de los matices de la Plenitud. Dicho proceso adquiere el nombre de "toma de Consciencia". Y con esto debemos entender que la "Consciencia" nace del proceso de "manifestación diferenciada" de los contenidos de una Integridad. Pero tengamos presente que "diferenciación" no es sinónimo de "separación", sino de "apertura de contenidos", tal como logramos con el abanico cromático de la luz blanca cuando la hacemos pasar por un prisma.
La Pregunta "¿qué es el Alma?" tiene, pues, la siguiente respuesta: El Alma es la Consciencia de originalidad, de peculiaridad, surgida de la Plenitud que el Todo Es. [de aquí la importancia de "ser uno mismo", pues es en donde la Vida cobra sentido]

La razón del Alma es "el desarrollo manifiesto de su originalidad, de la cual toma identidad para sí misma". Y ese desarrollo diferenciado es el que da lugar a los Mundos de la Dualidad, pues toda diferenciación requiere de un abanico manifiesto de los Valores contenidos en aquello que pretende la diferenciación (planos, reinos, dimensiones).
Toda diferenciación, para aportar criterio válido, se inicia presentado los aspectos de un Todo y de cada una de sus Partes, pues sin la percepción Global no puede desarrollarse consciencia alguna. Y es así como el desarrollo de las Consciencias discurre en la alternancia perceptiva de la Totalidad y sus Partes, si bien tendemos a analizarla desde la visión parcial que posibilita la Conciencia sumergida en "la parcialidad", que es la conciencia del cuerpo.
¡Desarrolla, pues, tu originalidad! Para eso has venido a la vida en la Densidad, a la vida Material, para dar lugar a "la manifestación de los Valores de tu Consciencia" en el nivel de Densidad donde tu Alma se proyecta.
Con esto anterior podemos comprender que un objetivo esencial de la vida material es el trascender la Conciencia hacia la Consciencia, es decir, hacer realidad en el plano de la Conciencia (supeditada al desarrollo corporal-visceral-cerebral) lo que hasta ahora es propio de la Consciencia que trasciende lo corpóreo y que se vale de lo extrasensorial. Con otras palabras sería… Materializar el cielo (lo espiritual) en lo terrenal (lo estructurado para poder apreciar las diferenciaciones).

¿Van estas ideas expuestas más allá de lo que concebimos como posible? Para responder a esto veamos qué son las ideas y por dónde discurren:
El cerebro no es el almacén de nuestras ideas, ni tenemos ideas "nuestras". Las ideas se desarrollan a partir de las experiencias vivenciales a las que vamos dando lugar todos los individuos que transitamos por un Orbe determinado (que en nuestro caso es la Tierra) y que van conformando la atmósfera psíquica del mismo. Y a ese almacén de ideas van llegando éstas desde todos los niveles de la sensibilidad humana, desde lo más pragmático o constatable físico, hasta lo más sutil y de extrasensorialidad.
Cosa diferente de las ideas son los niveles o factores de Comprensión sobre ellas. Estos niveles están en función de la capacidad de interacción de las diversas áreas cerebrales por donde las informaciones y experiencias sensoriales van discurriendo.
Cuando estamos abiertos a novedades en nuestros propios criterios, las ideas que pueden trascender a estos y que emergen desde el campo colectivo de experiencias, adquieren la posibilidad de fluir a nuestro través y conformar una nueva manera de concebir algo. Es de esta manera como vamos evolucionando nuestra originalidad, nuestra Consciencia.
La evolución de la conciencia humana ha alcanzado ya la posibilidad de comprensión de lo que es el Amor Incondicional, enfocado hasta ahora desde las limitaciones propias de lo humano condicionado por los Egos, los cuales tienden a percibir desde el sentimiento de carencia de alguno de sus órdenes vitales. Pero experiencias extrasensoriales, trasvasadas a la conciencia ordinaria, han aportado elementos de comprensión de ese otro ámbito del Amor fuera de la Dualidad, es decir, más involucrado en la consciencia de Unicidad.
Llevando a nuestra conciencia la información de "experiencias cercanas a la muerte" (ECM) relativa al Amor Incondicional que puede envolver a quien vive esa experiencia, nos damos cuenta de que ese "estado" de amor incondicional es percibido a raíz del sentimiento de "plenitud" que experimenta el individuo situado en ese marco vivencial trascendido donde ingresa.

Esa "envoltura" que percibe puede brotar desde la propia inmersión en dicho "marco" vivencial, carente de los condicionantes de limitación y finitud (espacio temporales), como también de lo que otro Ser viene a infundirle (envolverlo) con mayor o menor intensidad según el grado de Luz o Consciencia de Plenitud que en dicho Ser exista.
En estas experiencias de Amor Incondicional es donde con claridad podemos ver que éste parte del "sentimiento de plenitud" que nos envuelva o que emanemos. Y todo ello surgido fuera de los condicionantes de la Dualidad que dimana de los mundos de la densidad o materiales. Dualidad que nos lleva a situarnos en sólo la visión de parcialidades.
Este conocimiento nos acerca a la posibilidad de ir experimentando en el mundo material regido por las Cuatro Dimensiones desarrolladas ya en la Conciencia humana (la del Cuerpo vegetativo, la de los Sentidos animados, la del Intelecto y la del Sentir extrasensorial), lo que en sí es la esencia del Amor Incondicional. Y ocurrirá cuando nos adentremos en vivir la vida de cada instante Presente desde el sentimiento de Plenitud, desde el sentir (no sólo como pensamiento) de que nuestra Vida contiene en cada instante todo lo que nos es preciso para expresar lo que nuestra Alma tiene como designio para ese instante.
Cuando nos sentimos Plenos en nosotros mismos, podemos expresar, proyectar, el Amor Incondicional a los demás, hacia nuestro entorno, pues ya nuestro amor no estará "manchado" (condicionado) de intereses ni apegos que tienden a surgir desde sentimientos de carencia de algo que consideramos (consciente o inconscientemente) de importancia para la autoestima con la que nuestro ser encarnado tiende a envolverse.
Conectar con la Conciencia de Plenitud es lo que transforma de una manera muy impactante nuestra conciencia del amor. El modo de cultivarla es mediante la inmersión consciente en que la Vida se contiene en cada uno de nuestros Aquí y Ahora, sin especulaciones de lo que ya fue o pudiera haber sido, ni proyección a expectativas que pongan de manifiesto sentimiento alguno de carencia presente.
¡Vivamos, pues, la Vida en la realidad que constatemos, no desde lo que pensamos de Ella, sino desde el atrevernos a sumergirnos en lo que nos hace sentir! En esto hallaremos el sentido o razón de lo que viene a aportar a nuestra Consciencia de aquello a lo que damos lugar con los estados emocionales en que consentimos alimentar la personalidad a la que damos vida.

Angel Baña (10 de julio de 2013)

Compartido con mucho cariño,

Isolda

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LA ESPIRITUALIDAD MÁS EXPANDIDA ES EL AMOR EN VERDAD ILUMINADO CON VALORES APLICADOS.
SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA

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