sábado, 11 de mayo de 2013

Ochenta años de la quema de libros en Alemania

Daniel Hanneman y Natalia Kovalenko. 10 mayo (La Voz de Rusia).- Hace ochenta años, el 10 de mayo de 1933, los nazis quemaron en Berlín una enorme cantidad de libros que consideraban ideológicamente contrarios al régimen oficial.

Entre los volúmenes echados a las llamas estaban obras Albert Einstein, Karl Marx, Thomas y Heinrich Mann, Stefan Zweig, Sigmund Freud, entre otros muchos. En recuerdo a ese acto de barbarie, los alemanes celebran el 10 de mayo la Fiesta del Libro.

La quema de libros marcó el inicio de una censura total en la Alemania nazi. El Ministerio de Propaganda ordenó organizar “hogueras de libros” en Berlín, primero, y luego en otras ciudades famosas como centros universitarios. Pretendía atemorizar a la élite intelectual y la población que sentía respeto por la palabra impresa y atraer a su lado a los jóvenes de opiniones radicales. He aquí lo que comenta al respecto el analista Olaf Glekner, Centro Moes Mendelssohn:

La quema de libros realizada el 10 de mayo de 1933 en la Plaza de la Ópera de Berlín y en otras ciudades alemanas impulsó una campaña de persecución contra numerosas personalidades de la cultura “indeseables” para el régimen nazi. El fuego devoró obras de ideología contraria a la oficial, de autores opositores.

En recuerdo a aquellos sucesos, el Centro Moses Mendelssohn inició el proyecto “Biblioteca de los libros quemados” para publicar una colección de libros que por orden de los nazis resultaron pasto de las llamas.

Tras la caída del régimen de Hitler, la Plaza de la Ópera fue rebautizada como Bebelplatz. Su triste pasado fue olvidado. Pero un grupo de entusiastas lanzó un programa interactivo para recordar a la población de Alemania las hogueras de libros de 1933. He aquí lo que nos dijo al respecto uno de los participantes del proyecto, el estudiante universitario, Juergen Breiter:

El objetivo de este proyecto es que los sucesos de 1933 queden grabados en la memoria histórica del pueblo. Estamos colocando en la Bebelplatz una gran cantidad de sillas con libros de autores cuyas obras fueron destruidas en las hogueras nacis. Creo que esta acción interactiva puede ser de interés tanto para los vecinos locales como para los turistas que anden por la ciudad.

El conocido escritor alemán Ulrich Schacht estima que las generaciones presentes de los alemanes deben conocer las lecciones de la historia para no repetir los errores del pasado. Considerando además que en la época actual de la televisión e Internet, el libro se vuelve aún más valioso, acota Ulrich Schacht.

El libro siempre ha sido para su autor una forma para defender sus criterios, su visión del mundo. El escritor que hace un libro y el lector que lo abre están ejerciendo un acto de libertad. La red global y todos los medios contemporáneos en su conjunto carecen de este grado de libertad. Hay mucho riesgo de manipulación y libertad ficticia. El libro es nuestro refugio donde nadie más puede meterse ni cambiar nada. Por eso, el valor del libro es más alto hoy día que antes. La situación con los medios de comunicación nos hace valorar más el libro.

En 1995, en la Bebelplatz fue construido un singular monumento. Debajo de una placa cuadrada de cristal grueso incrustada en el centro de la plaza se ve una habitación blanca con estantes para libros totalmente vacías. El espacio vacío bajo tierra transmite la idea de la pérdida.

Quien lo ve empieza a valorar más la palabra impresa y a ser más cuidadoso con los libros.

http://spanish.ruvr.ru/2013_05_10/Ochenta-anos-de-la-quema-de-libros-en-Alemania/

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