Borís Pávlischev, 22 abr (La Voz de Rusia).- El número de los que quieren volar a Marte en 2018 es enorme, afirman los organizadores del respectivo proyecto marciano dirigido por el primer turista espacial de la historia, Dennis Tito.
No les cabe ni la menor duda de ello, aunque el concurso de candidatos a martenautas solo se abre a partir del próximo año.
La misión supone dar una vuelta balística al planeta rojo, iniciando el vuelo el 5 de enero de 2018. La fecha corresponde al posicionamiento más cómodo posible de la Tierra respecto a Marte. En quinientos y un días, la tripulación (probablemente, un matrimonio) debe regresar a la Tierra. Dennis Tito afirma que jamás enviaría a nadie al espacio antes de cerciorarse de la misión es absolutamente segura.
La seguridad del vuelo es lo que más cuestionan los expertos en la materia. Primero que todavía no hay nave. Se supone utilizar una versión modificada de la nave Dragón, pero, como su único modelo disponible es un carguero, las modificaciones pueden durar más de un año. Segundo, la mayoría de los expertos tiene dudas de que la tripulación esté lo suficientemente protegida de la radiación detrás de una capa de agua y desechos humanos de solo cuarenta centímetros de espesor. Por último, habrá que estrenar la órbita que ni siquiera los aparatos automáticos han seguido. Pero el mayor peligro viene de regreso. Habrá que rozar varias veces la atmosfera terrestre para frenar la nave que se aproximará a la Tierra a una velocidad enorme de catorce mil metros por segundo. Si el ángulo de entrada a la atmósfera resulta un poco mayor de lo previsto, el aparato se quemará como un bólido. ¿Podrá una tripulación de aficionados realizar una maniobra tan difícil?
El riesgo es enorme. Entonces, ¿por qué hay tantas personas que quieren volar? He aquí lo que piensa al respecto nuestro experto Vladímir Maliguin, jefe del departamento de psicoterapia en la Universidad Estatal de Odontología Médica de Moscú:
—Su principal motivo es la búsqueda de aventuras, fama y dinero. La adrenalina, la excitación es lo que les da placer en la vida. Una simple analogía: la mayoría de los conquistadores que llegaron al continente americano eran aventureros por excelencia, a nivel genético, lo que fue científicamente comprobado. Tenían un genoma distinto de síntesis de serotonina. Estaban dispuestos a arriesgar sus vidas porque el aburrimiento podía matarlos.
No cabe duda de que entre los candidatos habrá muchos representantes de deportes extremos y muchos soñadores apasionados por ver el Marte desde una altura de solo cien millas y ser los primeros en hacerlo, sostiene el jefe del departamento de psicología en el Instituto de Biología Médica de la Academia de Ciencias de Rusia y psicólogo jefe del proyecto Marte-500, Yuri Bubeev:
—Creo que habrá muchos habitantes de grandes ciudades cansados de la monotonía de su existencia. Tal vez, personas en crisis psicológica, buscando apartarse provisionalmente de sus problemas. En el proyecto
Marte-500 y otros que suponían largos períodos de aislamiento, muchos de los participantes deseaban desconectarse por algún tiempo, un año y medio o dos años, de los problemas que tenían para de regreso encontrarlos todos solucionados.
El proyecto de Tito está pasando por una fase crítica. Pronto quedará claro si es posible tenerlo todo listo para la fecha programada, o sea, en menos de cinco años. Si no, la próxima vez que los planetas se posicionen de manera tan cómoda el uno respecto al otro será en 2031.
“Hay detalles por aclarar y no nos gustaría poner todos los huevos en la misma cesta”, comenta de manera un poco misteriosa el promotor del proyecto.
Es obvio que mucho depende del dinero. La organización sin ánimo de lucro Inspiration Mars Foundation, instituida para financiar la misión, planea recoger entre uno a dos mil millones de dólares. Parte de este monto se pagará a los tripulantes voluntarios por concepto de su remuneración. Se supone que, una vez se anuncie la cifra concreta de la misma, el número de candidatos superará todos los límites imaginables.
Empieza la selección de colonos
para un viaje sin retorno a Marte
Moscú, 22 abr (Ria Novosti).- La compañía holandesa Mars One empezó hoy la selección de candidatos para crear la primera colonia en Marte:
cuatro finalistas cuya formación y travesía serán objeto de un reality show viajarán en 2023 al Planeta Rojo para quedarse allí el resto de sus días, pues los billetes de vuelta no están previstos.
“Estamos muy entusiasmados con el lanzamiento del programa de selección. En esta primera ronda abrimos para todo el mundo en la Tierra las puertas a Marte”, señalan los organizadores en la web del proyecto.
Los pretendientes podrán presentar sus solicitudes online en la página apply.mars-one.com, tras lo cual habrá otras tres fases de selección.
A lo largo del último año, Mars One recibió 10.000 mensajes de posibles candidatos de más de 100 países.
La principal advertencia a los interesados consiste en que no se hagan ilusiones con respecto al viaje de vuelta. No está previsto. Para realizarlo, habría que contar con un cohete ensamblado y lleno de combustible, capaz de superar el campo gravitacional de Marte, con sistemas vitales a bordo que permitan aguantar una travesía de siete meses, para finalmente reentrar en la atmósfera terrestre y aterrizar o acoplarse a una estación orbital.
Además, el cuerpo de los colonos cambiará bajo efectos de la gravitación marciana que es apenas el 38% de la de la Tierra, con la subsiguiente reducción de la fuerza muscular, densidad de los huesos y capacidad del sistema de circulación. El organismo sería simplemente incapaz de readaptarse a la gravitación terrestre en el hipotético caso de retorno.
Hacia mediados de 2015, los organizadores planean escoger a 24 candidatos que se dividirán en seis equipos de cuatro miembros y, durante siete años posteriores, se irán preparando para la misión.
Mars One evalúa el costo del primer vuelo en torno a 6.000 millones de dólares. Cada uno de los viajes posteriores, una vez cada dos años, costaría 4.000 millones de dólares. La idea es financiar el grueso del proyecto con la venta de derechos de transmisión de un reality show que empezará ya en la etapa de selección y podría convertirse en el mayor evento mediático a escala global.
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